Navigium Isidis
Marini (Mariniara), de 12 años de
edad, vestida con una túnica blanca de lino y con una corona hecha de de flores silvestres, está nerviosa e ilusionada.
Acompañada de su madre, Marini ha ido esta mañana a recoger flores silvestres
para hacer la corona que ahora luce, a la ladera de un monte cercano, desde
donde hay unas vistas impresionantes de la ensenada, la playa y la ciudad.
Ahora mismo la procesión está a punto de comenzar. Marini se encuentra justo en
el dintel del Templo esperando a que el cortejo eche a andar. Es media tarde de
un precioso día del mes romano Nizam. Esta noche hay luna llena, la primera
tras el equinoccio de primavera. Corre
el año 154 de nuestra era (calendario gregoriano). Es la primera ocasión en que
Marini participa en la procesión y la han escogido para que vaya tras los
magistrados y sabios del Municipium de Baelo Claudia esparciendo pétalos de flores a las calles, abriendo así
el cortejo procesional de la Diosa Isis. Tras ella desfilarán hombres y mujeres
con máscaras portando velas de cera encendidas y otros quemarán inciensos. Su
padre, el padre de Marini, suele participar en este cortejo, pero en esta
ocasión y estrenando el año marítimo, ha sido de las primeras tripulaciones en
atravesar el mar en esta nueva temporada y llegar a la amiga ciudad romana de Tingis,
llevando a bordo una preciada carga de garum. La procesión continuará con
varias personas haciendo sonar los sistros y por último los sacerdotes portarán
sobre sus hombros, sobre una parihuela de madera, la esfinge de la Diosa de los
diez mil nombres, la Diosa de los Dioses, la Diosa Egipcia Isis que ha sido
adoptada como Diosa Romana, a fin de cuentas Isis es la Diosa del todo, del
mar, de la fecundidad… y asiste a sus
hijos allí donde se encuentren dentro del gran arco del Mare Nostrum. Con el
retumbar del ajetreo de las voces de la multitud, las trompetas que hacen
sonar, los tambores y el tintineo metálico de los sistros, a la joven se les escapan algunas que otras lágrimas de
emoción. Marini ya imagina como será la ofrenda floral que la hermana de su
madre tiene preparada hacer cuando la Diosa llegue al cruce de decumanus con
cardo, allí donde se encuentra el gran foro y que es donde se espera se
aglutine la mayor parte del público que aprovecha una de las pocas
oportunidades que tienen en el año de ver la estatua de la divina Diosa. Su
marido está muy enfermo y ella confía en que la ofrenda le puede ayudar a
sanar. Acompañarán después a la Diosa al
puerto donde embarcará en una embarcación bellamente engalanada y navegarán
durante algún tiempo por las aguas en calma de la bella ensenada y dejarán en sus
aguas del mar múltiples ofrendas. Después retornarán y subirán las calles hasta llegar a lo más alto de la ciudad, cerca
del anfiteatro y dejarán a la Diosa dentro de su Templo recién construido al
lado del Gran Templo, donde reside la Tríada, donde reinan Júpiter, Juno y
Minerva. Pero para eso quedan aún varias horas. Todo es júbilo en el día de
hoy. Hoy es un día feliz de primavera. Comienza la procesión. Mariniara alza la
cabeza y dentro del cortejo comienza a andar, parsimoniosa, arrojando flores a
un lado y a otro mientras sonríe ligeramente.
Diecinueve siglos después, María,
que también cuenta con doce años de edad, se encuentra en una Iglesia delante del
paso de Nuestra Señora de los Desamparados. Ya ha salido el paso de Cristo y el
cortejo de los nazarenos de la Virgen ya comienzan a desfilar por la calle
Águilas. Se escucha lejana, en la calle, al fondo, la marcha para cornetas y
tambores “Saeta”, esa que versiona la
canción de Serrat y que a su vez recoge el poema de Antonio Machado dedicado al
Cristo de los Gitanos, ese poema en el que le habla al Jesús de la provincia
romana de Judea que es capaz de andar sobre las aguas del mar, no al que muere crucificado
en un madero en cruz. Éste año, María, está radiante de felicidad ya que porta la
naveta y su misión es rociar los carboncillos ardientes que mueven los
acólitos, con los magníficos granos de
incienso que llevan dentro del recipiente de plata. La Virgen, lacrimosa, le mira desde arriba de su paso, así le llaman
en la bética ciudad de Hispalis que con el tiempo se llegó a llamar Sevilla, a
esas parihuelas grandes donde además de portar a la Diosa en sí, portan todo un
altar de flores y ceras encendidas. El padre de María es más bien de baja
estatura, por eso tiene la suerte de poder ser costalero de la primera
trabajadera del palio, lo cual significa que de vez en cuando durante la
procesión María podrá mirar hacia atrás y a través de los respiraderos verá los
ojos de su padre mientras lleva sobre su cuello el peso de una historia muy
antigua, muy bella, que ha ido innovando con el transcurrir de los años y que
ha sido secuestrada por ritos de otras religiones, sí, siempre las religiones
detrás de los nombres, de los usos y de las costumbres, de las celebraciones de
días como los de hoy. María,, llegará con la cofradía siete horas después, ya
de noche, de regreso a la Iglesia de San Esteban. Llegará físicamente exhausta
pero feliz, inmensamente feliz, ya que habrá cumplido un año más con el ritual
por excelencia de la primavera, del renacer de la luz y del calor, de la
siembra, del comienzo de la época de pesca… en una palabra: el ritual de la
primavera. Estamos en el año 2.017 del calendario gregoriano, pero seguimos
haciendo las mismas cosas de siempre y sentimos de igual modo las emociones.
Este año no iré a ver procesionar a Isis
por las calles de Baelo Claudia, ¡ya me gustaría!, pero hace ya muchísimos años
que ese pueblo fue abandonado. Ahora en Bolonia sólo quedan los restos de la
ciudad donde vivía Marini. Este año iré a ver, entre otras, la procesión de San
Esteban, en Sevilla, donde coincidiré con María y con Mariniara, que de una u
otra forma estarán allí presentes para no faltar a la cita con la tradición. La
cita con los sentimientos, con la belleza, con la sesibilidad, con la
sensualidad de la Diosa Madre, de la que todo nace. En la que todo acaba.
Quique Macía
Abril de 2017
Código de registro: 1704061624173
(Creative Commons)
: 06-abr-2017 16:26 UTC
: 06-abr-2017 16:26 UTC